Malos olores

Los olores son una parte natural de las sustancias manipuladas y tratadas en cualquier planta de tratamiento de aguas residuales. Están contenidos en el sitio de la planta de tratamiento de aguas residuales, pero hay ocasiones en que los olores se desplazan desde el sitio de la planta dependiendo de las condiciones climáticas y la dirección del viento. Las plantas de tratamiento de aguas residuales ubicadas cerca de áreas residenciales son propensas o susceptibles a problemas legales, especialmente cuando emiten olores desagradables o, en el peor de los casos, peligrosos.

 

La operación de las plantas tratamiento debe estar calculada para reducir la cantidad de olores presentes. Sin embargo, existen ciertas condiciones climáticas y de mantenimiento de equipos que disminuyen la efectividad de estas rutinas para el control de malos olores.

 

Las sustancias responsables de la difusión de olores a la atmósfera en las proximidades de una estructura son en su mayoría productos inorgánicos gaseosos, que son el resultado principal de las actividades biológicas en las aguas residuales o sustancias con alto contenido de compuestos orgánicos, que a menudo son causadas por la presencia de residuos industriales. Algunos de los compuestos que acompañan el mal olor son los mercaptanos, escatoles, indoles, ácidos inorgánicos, aldehídos, cetonas y compuestos orgánicos que contienen átomos de nitrógeno o azufre.

 

Pueden originarse por la descomposición anaeróbica de compuestos de alto peso molecular, especialmente en proteínas. Se reconoce que estos se encuentran entre las causas de los malos olores en la salida de las tuberías de alcantarillado y en las plantas de tratamiento en general. Sólo porque algo no huela mal no significa que no sea dañino. Algunas sustancias químicas dañinas y mortales pueden tener un olor dulce como el del benceno. Y en algunos casos, no hay ningún olor como el del monóxido de carbono. En otros casos, un olor puede confundirse con el olor de otra sustancia.

 

Un ejemplo es el sulfuro de hidrógeno, que se asemeja al olor de un huevo podrido. Es posible que las personas no se den cuenta de que lo que han olido ya es peligroso. Enfermarse por olores químicos dependerá de a qué químicos haya estado expuesto, en qué cantidad, por cuánto tiempo y con qué frecuencia estuvo expuesto.

 

Los olores son un sistema de alerta primordial. Estar expuesto a olores químicos de sustancias como el amoníaco y el cloro puede tener efectos graves o incluso mortales para la salud, lo que, por supuesto, depende de la concentración y difusión de la sustancia química. Los olores pueden causar una variedad de síntomas de salud que pueden afectar los sistemas de nuestro cuerpo, especialmente el sistema respiratorio de un individuo.